Declive de los árboles
El declive de los árboles es cuando los árboles pierden vigor gradualmente y muestran hojas de color verde pálido o amarillo, hojas pequeñas, crecimiento deficiente, caída temprana de las hojas, color temprano del otoño o muerte regresiva de ramitas y ramas. Estos síntomas observados sobre el suelo suelen indicar problemas en el sistema radicular.
Factores de estrés
Parte del declive es causado por enfermedades específicas y factores estresantes ambientales. Sin embargo, a menudo, los árboles experimentan una disminución debido a muchos eventos que se acumulan con el tiempo. A lo largo de los años, los árboles pueden estar sujetos a ataques de insectos, enfermedades, condiciones climáticas adversas y otros factores ambientales que causan estrés.
Ejemplos comunes de estrés ambiental son la compactación del suelo, los cambios en el drenaje, el relleno del suelo sobre el sistema radicular, el daño mecánico a las raíces por la construcción y la acumulación excesiva de sal. Estos factores de estrés, solos o colectivamente, reducen el crecimiento y pueden causar la muerte regresiva.
Las aceras, las carreteras y los cimientos de los edificios también pueden restringir el crecimiento de las raíces y someter al árbol a un mayor estrés. Los árboles y arbustos de sombra y ornamentales son especialmente vulnerables a los problemas de «presión humana» y otras condiciones ambientales adversas porque a menudo se plantan en lugares desfavorables para un crecimiento óptimo.
A medida que estos factores estresantes primarios surten efecto en los árboles, es más probable que ataquen los factores estresantes «secundarios», como las plagas y las enfermedades. Los árboles debilitados por la sequía, por ejemplo, son mucho más susceptibles al ataque de hongos causantes de cancros e insectos de tipo barrenador que los sanos y vigorosos.
Prevención del declive de los árboles
Una vez que comienzan los síntomas del declive del árbol, es difícil detener o revertir la progresión.
La prevención es clave para el control, y hay tres pasos importantes a seguir:
Planta el árbol correcto, en el lugar correcto
Un error común es seleccionar árboles que crecerán demasiado para el lugar donde están plantados, como entre la acera y la calle o al lado de un edificio.
Muchas especies de árboles también tienen requisitos de sitio muy específicos y pueden crecer mal en ciertos lugares. Ejemplos comunes incluyen la plantación de roble alfiler en suelos alcalinos (pH 7.0+) o pino afgano en suelos mal drenados. En ambos casos, los árboles eventualmente muestran síntomas típicos de deterioro. Esto se puede evitar fácilmente aprendiendo a plantar un árbol.
Mantener la salud de los árboles
El paso más importante para mantener un buen vigor en los árboles es suministrar agua adecuada. Con lluvias normales y un sitio favorable, los árboles y arbustos adaptados solo requieren riego adicional ocasional. Sin embargo, durante períodos de sequía o en sitios secos, es importante regar regularmente.
Evite cambios en el sitio de cultivo
Cualquier cambio en las condiciones del sitio puede causar el declive de los árboles. Existe un delicado equilibrio entre el sistema radicular de la planta y su entorno del suelo.
El daño a las raíces por la excavación de zanjas o la construcción, el cambio de grado al rellenar o cortar el suelo de la zona de raíces, un cambio en el drenaje u otros cambios en el sitio, a menudo resultan en daño a las raíces y declive del árbol. Como se ha indicado, dicho declive suele ser irreversible, por lo que la prevención es la clave para controlarlo.
